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Aspecto Comunicativo - Cultural

Comunicación viene de comunidad. Y en términos más amplios, esto implica el sentido de unidad y pertenencia que se consolida dentro de un colectivo, pese a la existencia de patrones culturales diversos y diferentes entre los sujetos. Para ello, los miembros de la comunidad usan, inventan, replican y adoptan determinadas prácticas, expresiones, medios, canales y manifestaciones de comunicación que les permite intercambiar ideas, pensamientos y sentimientos. Es decir, la comunicación significa una forma de ser, estar y hacer en sociedad.

En ese sentido, la comunicación es un hecho social que está en constante construcción y que demanda el concurso de todos. Dentro de esta construcción, es importante señalar que los sujetos consolidan prácticas que les permite no solo entenderse entre sí, sino también comprender lo que sucede en su medio ambiente; de ahí que la comunicación no solo es la relación entre las personas, sino la relación que estas personas tienen dentro de un contexto social, económico, político, cultural y natural.

 

Comunicación vs Miedo

Si en nuestra sociedad no somos capaces de crear y legitimar una comunicación al servicio de está, mucho menos vamos a poder crear una comunicación que nos permita enfrentar los riegos y desastres naturales con mayores elementos para comprenderlos y tomar decisiones cuando estos ocurran. Una de las maneras de contrarrestar la cultura del miedo que generan determinados medios, actores mediáticos e institucionales cuando ocurre un fenómeno natural con graves consecuencias e indeterminables efectos es apelando a una comunicación que investigue, contextualice, verifique las fuentes, seleccione la información y socialice está en el momento adecuado a los diferentes actores, con el uso del lenguaje que estos entienden y circulan en lo cotidiano. En otras palabras, se deben crear las condiciones adecuadas para comprender los fenómenos y después para difundir la información sin crear el pánico, sino más bien la comprensión de las causas y los efectos.

 

Entre las condiciones adecuadas que podríamos impulsar está la de fortalecer, en el caso de la comunicación, lo que se denomina como “Periodismo Científico”, que abarca y profundiza en las tareas que tiene el comunicador en la sociedad como un buen divulgador de la ciencia y la tecnología, pues entrega una suerte de traducción de lo que ocurre sobre diversos fenómenos naturales en lenguajes asequibles con el ánimo que la población se involucre en temas que, anteriormente, eran considerados de exclusividad de la comunidad científica, es decir de expertos e investigadores. Cabe mencionar que El Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL) ha impulsado desde hace más de una década la publicación de libros sobre este tema, así como la realización de seminarios internacionales con la finalidad de crear en la comunidad, periodistas y comunicadores una cultura que tienda puentes entre la ciencia y la sociedad. Comunicar lo importante y en el momento oportuno implica asumir un grado de compromiso social con todos los involucrados y no, únicamente, con las audiencias de los medios, pues hay que diferenciar entre los involucrados directos y los espectadores. En este sentido, el comunicador debe sopesar la inmediatez con que se transmiten los hechos frente al análisis que demanda la información sobre cualquier fenómeno natural antes de ser divulgada. Es decir, es muy fácil crear un ambiente de miedo con imágenes que no están acompañadas de ninguna explicación, no obstante es más ético practicar una comunicación en que los actores afectados e involucrados participen, aunque esta información se procese a un ritmo más lento

Comunicación para la prevención

Habíamos dicho que no hay procesos acabados de comunicación, ya que las expresiones, manifestaciones, medios y canales están en constante renovación, actualización y adaptación a las exigencias de las localidades, regiones y del mundo, en temas que van desde los nuevos consumos culturales, pasando por los sociales hasta los tecnológicos. Es decir, la comunicación está en construcción permanente. También habíamos manifestado que se deben crear las condiciones necesarias entre los sujetos para que exista comunicación.

 

Esta construcción social debe propender a que los sujetos se conozcan, respeten y aprendan de los otros en una suerte de diálogo permanente, haciendo de este diálogo un bien social y de largo aliento. La comunicación, bajo estos criterios, se convierte en un proceso que tiende puentes para conocerse entre sí y luego conocer de manera conjunta el medio que nos rodea. Por lo tanto, la comunicación cumple una función dirimente en procesos de participación y socialización de los diversos fenómenos naturales y hechos.

De ahí, la necesidad de conocer primero los patrones culturales de comunicación que utiliza la población entre sí antes de diseñar planes, programas y proyectos de prevención sobre determinados fenómenos naturales. No se puede, en este sentido, diseñar planes de comunicación preventiva, por ejemplo, si desconocemos las maneras, formas, señales, espacios, símbolos, lenguajes que la población utiliza para encontrase, conversar, jugar y compartir infinidad de cosas como señala Daniel Prieto Castillo en el libro, Diagnóstico de Comunicación.

Conocer y aprender la realidad comunicacional de la población es un primer paso para articular un plan de comunicación; ya que si no partimos desde la realidad corremos el riesgo de hablar un lenguaje que no concuerda con la población. Por otra parte, un plan de comunicación debe considerar desde el inicio la participación de todos los involucrados, en el sentido que ellos conocen el problema desde la vivencia y pueden sugerir desde lo empírico una serie de medidas a tomar. La participación directa contribuye a generar grados de apropiación y pertenencia.

Comunicación (Participación y acción ciudadanas)

 

Cuando hablamos de generar una comunicación que traspase la actividad informativa y que se conforma con la denuncia, el reciclaje de noticias por ganar la primicia y generar una audiencia cautiva a los desastres naturales y desgracias humanas, pensamos en replantear los roles, las maneras y los usos sociales de la comunicación, de los medios, nuevas tecnologías de la información y la comunicación. La comunicación, bajo estos criterios, pasa por cuatro momentos: a) conocer para comprender la realidad, bajo el intercambio de criterios con todos los actores involucrados directa e indirectamente de manera periódica para estar informado sobre lo que sucede, b) planificar la comunicación a corto, mediano y largo plazos con los actores, combinando aspectos de carácter teórico y actividades de orden práctico, c) socializar el plan, d) divulgar la información y materiales de comunicación de manera pedagógica, tomando en consideración los patrones socio-educativos y culturales de la población como debe estar consagrado en el plan.

 

El concurso de varios actores plantea una comunicación que gira en torno de concepciones y prácticas de carácter interdisciplinario, interinstitucional y transversal, pues actúan en la elaboración teórica como en las aplicaciones personas de diversas profesiones de las Ciencias Sociales y Fácticas, instituciones públicas, privadas, no gubernamentales y organismos internacionales, y la población en general. De ahí, que el comunicador debe tener la capacidad y, además, la sensibilidad para captar ideas, criterios e incluso sentimientos para la construcción de un plan que desde la información e interacción con la gente prevenga, antes que alarme y provoque crisis personales y colectivas.

La comunicación demanda una construcción permanente, porque la realidad y las personas cambian, debido a las nuevas demandas y exigencias de las diferentes épocas en lo social, ambiental, político, cultural y económico. No caigamos en el error de seguir los modelos que emplean los países “desarrolladas” y aprendamos a construir una comunicación propia, diferente y acorde con nuestras necesidades, demandas, recursos y expectativas.

Debemos combatir la cultura del terror y el pánico que generan ciertos medios, actores mediáticos e institucionales cuando ocurre un fenómeno natural con graves consecuencias e indeterminables efectos, apelando a una comunicación que investigue, contextualice, verifique las fuentes, seleccione la información y socialice está en el momento adecuado a los diferentes actores, con el uso del lenguaje que estos entienden y circulan en lo cotidiano. Se deben crear las condiciones adecuadas para comprender los fenómenos y después para difundir la información sin crear el pánico, sino más bien la comprensión de las causas y los efectos.

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