top of page

Aspecto Etico

Las catástrofes nos conmueven y despiertan reacciones diversas que exigen una mirada más allá de lo emocional y de la generosidad inicial. En esta presentación se analiza brevemente porqué preocuparnos desde la Bioética, cómo reaccionamos ante estas emergencias masivas y qué problemas éticos surgen.

“Si la Bioética es una ética de la vida no puede ser ajena a manifestar su dolor ante quienes estuvieron que sufrir terremotos y otras desgracias, para construir ahora esperanzas compartidas” ha escrito con mucha lucidez Lydia Feito Grande

También la Bioética debe contribuir a la construcción deesperanzas desde la clarificación de los valores que se hacen presentes en las respuestas solidarias de personas, instituciones y países que concurren con su ayuda y apoyo.

Si miramos desde afuera, por lo que todos hemos podido observar directamente o a través delos medios de comunicación social, es fácil reconocer mucha generosidad y solidaridad. Estas reacciones han ocurrido históricamente siempre en situaciones de catástrofes como invasiones, guerras, inundaciones o terremotos. Por eso algunos consideran que se trata de un caos moral propio del ser humano cuando se ve afectado por este tipo de situaciones de pérdidas materiales, de vidas y de esperanzas. Se ha afirmado también, empleando el lenguaje de los principios bioéticos que éstos se alteran, se confunden o se invierten perdiendo su importancia o aplicabilidad.

Los principios bioéticos, importantes y de gran utilidad instrumental, no permiten considerartodos los aspectos éticos de las situaciones que analizamos. Es necesario al menos enumerar otros principios y valores en juego en las decisiones que se toman en las respuestas a los desastres. Ellos son:

 

 

 

 

 

 

 

 

• Capacidad para decidir en urgencias: se trata de una competencia que exige condiciones de serenidad, coraje y prudencia además de las condiciones y virtudes ya mencionadas.

• Valores personales: las virtudes y valores de cada persona y de cada profesional otrabajador sanitario, como honestidad, benevolencia, coraje y prudencia, constituyen evidentemente la base de sus respuestas.

• Solidaridad: puede entenderse la solidaridad como altruismo y virtud que son indudablemente necesarios, pero también debe entenderse como parte integrante de la Justicia que es el principio bioético prioritario y rector que debería conducir todas las decisiones en situaciones de catástrofe.

• Respeto sin discriminar: en circunstancias de emergencias masivas es importante reconocer iguales derechos y respeto a todos por igual, sin perjuicio de establecer los criterios de selección necesarios a los que nos referiremos más adelante.

• Compasión: otra virtud propia del profesional de la salud lleva a una respuesta empática y generosa, pero no basta con estas valiosas condiciones afectivas o 4 emocionales, requiere ser además imparcial y equitativa, lo que se ha descrito como “compasión objetiva”.

• Postergación personal: descrita por Pellegrino como una de las virtudes propias del profesional de la salud, aparece frecuentemente más como un ideal que como una obligación básica, esta vez ante la emergencia de daños y sufrimientos masivos, deberíamos considerar la postergación personal como parte de una ética de mininos, por lo tanto obligatoria y no heroica.

• Deber moral de tratar: este deber, resaltado en diversas publicaciones como “duty to treat” nos obliga a tratar al herido o al enfermo postergando necesidades personales, hecho que se hace a veces dramáticamente real en situaciones de desastres.

• Deber de respuesta de instituciones académicas: las instituciones académicas, ye en particular sus facultades de medicina o ciencias de la salud tienen una responsabilidad social que, al igual que las instituciones sanitarias deben asumir con urgencia y eficiencia, pero también con su propio espíritu creativo, docente y de investigación que genere respuestas y experiencias que se proyecten en el tiempo.

• Deber de respuesta de instituciones de salud: las instituciones sanitarias tienen, esta vez de manera urgente, el deber social de responder de manera eficiente a las nuevas necesidades, en condiciones de graves daños en sus instalaciones, como se hizo evidente en muchas ciudades y pueblos de Chile en el reciente terremoto

bottom of page